Como un simple correo electrónico puede poner en jaque la información de una empresa

El uso de ransomware se ha convertido en la última moda entre los delincuentes informáticos de todo el mundo. El sistema es sencillo, se envían miles de emails con el mismo contenido, suplantando la identidad de alguna institución pública o privada, el equipo se infecta con un programa que codifica la información y luego piden un rescate para que el usuario pueda recuperar la información (generalmente en bitcoins, para que no pueda ser rastreado).

El último ejemplo sonado del uso del ransomware ha sido un supuesto certificado de Correos para poder recoger un paquete que no ha sido entregado. Al descargar el archivo que supuestamente detallaba el envío, infectaba el equipo y los archivos quedan bloqueados.

La eficacia de este tipo de ataques depende de la sofisticación de la suplantación, para generar sensación de seguridad en la persona que recibe el correo. En el caso de la suplantación de Correos, el email contenía fallos de redacción, sin embargo, la página de Correos estaba perfectamente clonada y hasta incluso contenía un captcha para verificar que quien recibía el correo era una persona y no un robot.

El daño que pueden hacer este tipo de ataques en las empresas es enorme, puesto que puede bloquear tanto los archivos personales como los compartidos con otros usuarios, denegando el acceso a información crítica para el funcionamiento diario.

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